Santo Domingo 1391
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Silva Acevedo se terminó de ganar mi cariño con este poema de Monte de Venus (1979). «Muros leales» me parece una figura ahí nomás y «ardores postreros» me parece mal elegida, pero el cariño es así, qué se le va a hacer.
Estos muros
Estos muros
presenciaron las desnudeces de nuestra alegría
resistieron mis puñetazos de desesperación
y apagaron nuestros sollozos
Aquí nos refugiamos,
mi adorada sierva asustadiza
entre los muros leales de esta casa
blanda de lanas
calurosa como tu cuerpo
donde sostengo irresponsablemente
los ardores postreros de mi juventud.
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No sé, siempre tengo una opinión negativa de la poesía, pero cuando leo el blog, me visión cambia…
Comentarios por anarchisto marzo 16, 2009 @ 12:30 amSupongo que lo mio no es más que ignorancia, por lo cual paso por aquí, de vez en vez, para aprender un poco.
Abrazos querido.